"Las cosas ya no son como eran; aunque probablemente nunca lo fueron".

lunes, agosto 14, 2006

Argumento dirigido al respeto

Un "argumento dirigido al respeto", o "Argumentum ad verecundiam" en latín, es un tipo de falacia que consiste en tratar de convencer a otros de la veracidad de un argumento apelando al prestigio de la persona que lo enuncia. Este tipo de argumentos tiene la estructura:

1. A afirma B;
2. A goza de un prestigio o credibilidad por encima del que lo contradice,
3. Por tanto, B es cierto.

Sobre esta forma de argumentar dice la wikipedia:

"Como una técnica retórica, es poderosa con quienes se convencen con sentimientos en vez de con razones y por ello se usa a menudo, a pesar de su falta de sutileza, cuando se trata de apelar a masas poco instruidas. Es muy parecido al argumento de autoridad o magister dixit, que insiste más en el prestigio y valer de la persona que sustenta una opinión en vez de en el descaro o desvergüenza del oponente."

Durante los tiempos bíblicos, los representantes divinos efectuaron milagros para mostrar a los observadores sus credenciales divinas, y por tanto la veracidad de sus denuncias o argumentos.

Una vez finalizada la escritura de la Biblia los milagros cesaron, con lo que cabría preguntarse si dado que ahora disponemos de la Biblia completa hacen falta representantes humanos que nos digan cual es la voluntad de Jehová, tal como hicieron durante mucho tiempo los profetas, que complementaron la palabra escrita con los mensajes que Jehová les enviaba mediante visiones o sueños.

Cualquier persona que quiera, en la actualidad, hablar en nombre de Dios, deberá, por tanto, de usar la Biblia como base de su argumentación, y no apelar a su posición de representante divino para justificar la veracidad de sus afirmaciones.

¿Puede usted argumentar bíblicamente todo lo que cree o hace en nombre de Dios, o adopta la cómoda actitud de hacer lo que le dicen los "representantes de Dios" sin verificarlo?

La Biblia dice en Hechos 17:11 que los cristianos de Berea "examinaban con cuidado las escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así". Es interesante que al hacer ese comentario sobre los bereanos, se les compara con los tesalonicenses, y se dice que los de Berea "eran de disposición más noble que los de Tesalónica".

¿Qué hacía a los de Berea "más nobles"? El relato responde: "porque recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo".

¿Era esa "prontitud de ánimo" un arranque emocional? No, porque eran los de Berea los que "examinaban con cuidado las escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así".

Los de Berea no permitieron que nadie les argumentara "ad verecundiam", es decir, apelando al prestigio de la persona que les enseñaba (Pablo, en este caso). Su "prontitud de ánimo" no estaba reñida con "examinar las escrituras EN CUANTO A SI ESTAS COSAS ERAN ASI". Eso no era desconfiar de Pablo. Era simplemente reconocer que las Escrituras tienen una autoridad que no tiene ningún hombre, aunque dicho hombre afirme ser un representante divino.

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