Cuando Jesús trató el tema de cómo sus seguidores iban a recibir guia espiritual, dijo en Juan 14:25,26 "Mientras permanecía con ustedes les he hablado estas cosas. Mas el ayudante, el espíritu santo, que el Padre enviará en mi nombre, ese les enseñará todas las cosas y les hará recordar todas las cosas que les he dicho." No adjudicó a ningún humano el papel de "enseñar todas las cosas", sino al espíritu santo.
Sin embargo, en Mateo 23:33-36 están registradas estas palabras de Jesús:
"33 "Serpientes, prole de víboras, ¿cómo habrán de huir del juicio del Gehena? 34 Por eso, miren, les envío profetas y sabios e instructores públicos. A algunos de ellos ustedes los matarán y fijarán en maderos, y a algunos los azotarán en sus sinagogas y los perseguirán de ciudad en ciudad; 35 para que venga sobre ustedes toda la sangre justa vertida sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien ustedes asesinaron entre el santuario y el altar. 36 En verdad les digo: Todas estas cosas vendrán sobre esta generación. "
¿Quienes son los "profetas y sabios e instructores públicos" que dijo Jesús que enviaría?.
La nota al pie de página de la Traducción del Nuevo mundo ofrece esta traducción alternativa: "personas instruidas, escribas"
El libro "Perspicacia", bajo el tema "Sabiduría", dice:
"A los hombres en los que se delegan responsabilidades en la congregación cristiana, no se les escoge por ser personas influyentes en el mundo, inteligentes o por sus aptitudes naturales, sino por estar ‘llenos de espíritu y sabiduría [divina]’. (Hch 6:1-5; compárese con 1Ti 3:1-13; Tit 1:5-9.) Jesús prometió que enviaría esta clase de hombres, “profetas y sabios e instructores públicos”, para que también sirvieran de jueces y consejeros de la congregación, como los del antiguo Israel. (Mt 23:34; 1Co 6:5.) Estos hombres reconocían la importancia de consultar los asuntos entre sí. (Pr 13:10; 24:5, 6; compárese con Hch 15:1-22.)"
El libro "Perspicacia", bajo el tema "Instructor público", dice:
"Jesús vino a dar testimonio de la verdad. Con el fin de que las buenas nuevas del Reino se predicaran, preparó a sus discípulos para que fuesen maestros, instructores públicos, del Reino de Dios. Cuando Jesús se refirió a sus discípulos como instructores públicos, dio realce a su puesto y a la importancia de prestar atención a su enseñanza; los comparó a personas instruidas que disponían de un verdadero tesoro almacenado del cual sacar recursos. (Mt 13:52.) Los envió al pueblo de Israel, pero sus escribas no supieron reconocer los tesoros que Dios les estaba ofreciendo por medio de estos hombres. En cambio, se opusieron a esa instrucción pública y participaron en azotar, perseguir y matar a Jesús y a sus instructores públicos, con lo que demostraron ser instructores falsos. Sin embargo, muchas personas de Israel y de las naciones aceptaron la enseñanza de los instructores que Jesús preparó y ellos mismos llegaron a ser también instructores públicos de la Palabra de Dios. (Mt 23:34; 28:19, 20.)"
¿Son los "instructores públicos" todos los cristianos en su papel de hacer discípulos, o está reservada esta denominación a los que ejercen un puesto de autoridad en la congregación? Si cuando Jesús dijo "les envío profetas y sabios e instructores pùblicos" estaba hablando con personas a las que calificó como "serpientes y prole de víboras", no parece que dicho magisterio fuera a ser ejercido dentro de la congregación, sino fuera, a personas que no lo apreciarían.
Se deduce de los textos anteriores que el espìritu santo guiaría a los apóstoles, y ellos a su vez serían "instructores" de personas. El cristianismo se constituye, por tanto, con un grupo de personas cuya finalidad sería enseñar a otros las ideas que el espìritu santo les enseñara a ellos.
"Las cosas ya no son como eran; aunque probablemente nunca lo fueron".
domingo, noviembre 12, 2006
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